En una operación ejemplar de protección medioambiental y combate a la delincuencia, las tropas del Ejército Nacional de Colombia, en colaboración con la Policía, desmantelaron un operativo de minería ilegal en Caucasia, Antioquia.
Esta acción no solo ayudó a preservar el medio ambiente local, sino que también asestó un golpe significativo al GAO Clan del Golfo, que usaba estos recursos para financiar sus actividades ilícitas.
Detalles de la Operación: Ubicación y Maquinaria
La intervención se llevó a cabo en el sector conocido como Puente Turbo. Las fuerzas combinadas localizaron e inutilizaron una unidad productora minera, una retroexcavadora y una motobomba industrial. Estos equipos eran utilizados para la explotación ilícita de yacimientos mineros y estaban al servicio del GAO Clan del Golfo.
Impacto Ambiental: Minería Ilegal
Este operativo impidió más daño al ecosistema local, afectado por la minería ilegal en 4 hectáreas de tierra. Además de la remoción del suelo y subsuelo por la maquinaria, se registró la tala indiscriminada de alrededor de 2500 árboles y el uso de químicos peligrosos. Estas prácticas nocivas no solo alteran el paisaje, sino que también tienen un impacto directo en la fauna y flora de la región.
Impacto Económico en el Clan del Golfo
El desmantelamiento de esta operación ilícita afecta directamente el financiamiento del Clan del Golfo. Según los informes, se extraían cerca de 3000 gramos de oro al mes en el lugar, lo que equivaldría a aproximadamente $720.000.000 en el mercado. El golpe a esta fuente de ingresos obstaculiza las actividades armadas y logísticas del grupo.
Compromiso de Futuro: Fuerza de Tarea Conjunta Aquiles
La Fuerza de Tarea Conjunta Aquiles, responsable de la operación, anunció que seguirá desplegando operaciones militares similares en el futuro. El objetivo es reafirmar su compromiso en la protección del medio ambiente y fortalecer la fauna y flora de la región, especialmente en las áreas del Bajo Cauca antioqueño y sur de Córdoba.
La operación en Caucasia, Antioquia, es un ejemplo perfecto de cómo la coordinación entre las fuerzas militares y policiales puede tener un impacto positivo en la lucha contra el crimen organizado y la protección del medio ambiente. Al inutilizar la maquinaria de minería ilegal y frenar la explotación de recursos naturales, se logra un doble objetivo: preservar el ecosistema y cortar una fuente vital de financiamiento para grupos armados ilegales como el Clan del Golfo.
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